RETO EDUCATIVO: LA IGUALDAD ENTRE HOMBRES Y MUJERES. LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO
Corto Alicia Ródenas: Ahora o nunca (contra la violencia de género)
Uno de los retos más
importantes a los que se enfrenta la educación es la lucha contra cualquier
tipo de desigualdad, incluida la existente entre hombres y mujeres. Educar en
valores como respeto, tolerancia e igualdad se convierte en una tarea
fundamental para erradicar este tipo de desigualdades y luchar contra la
violencia de género.
La educación afronta numerosos retos en esta sociedad del siglo XXI: renovación pedagógica, uso de las TICs en educación, la inclusión en el aula, la participación de las familias y la comunidad en la educación, la convivencia escolar, las desigualdades sociales y la lucha por la igualdad de género, entre otros.
Desgraciadamente, la herencia que nos ha quedado de una época algo
turbia en nuestra historia nos ha dejado una sociedad basada en la familia
patriarcal donde toda la autoridad y el derecho lo poseía el hombre, dejando a
la mujer en un segundo plano. Esto, además, se ha visto reforzado a lo largo de
muchos años a través de la educación puesto que, durante el Franquismo, la Ley
de Educación Primaria de 1945 establecía la segregación por sexos en educación
no sólo física sino en el currículo ya que se formaba a las mujeres para ser
buena esposa, buena madre y buena ama de casa tal y como se exponía en su
artículo 11 en referencia a la educación profesional: “la educación primaria
femenina reparará especialmente para la vida del hogar, artesanía e industrias
domésticas”.
De esta manera, la mujer siempre ha tenido
más dificultades que los hombres a la hora desarrollarse personal y
profesionalmente, aunque, afortunadamente, esta situación está cambiando ya que
la figura de la mujer ha pasado a ser tan importante como el hombre en el
ámbito escolar, profesional y social. No obstante, aún quedan en la sociedad
los llamados micromachismos que siguen perpetuando algunos de los roles
machistas que se le otorgaban a la mujer, así como la violencia de género que, desgraciadamente, sigue ocupando las portadas de muchos periódicos y abren las cabeceras de los informativos.
En parte, la propagación de estos micromachismos se ve favorecida por la transmisión de contenidos a través de las redes sociales donde predominan estereotipos de género pues la cultura digital aún sigue basada en el androcentrismo. Es deber de todos y todas el intentar contrarrestar y el evitar la reproducción de desigualdades entre hombres y mujeres. Para ello es imprescindible crear y fomentar recursos virtuales no sexistas a través de las redes sociales para transmitir valores igualitarios entre las personas usuarias de estas tecnologías.
Esta idea debe ser extrapolada al ámbito educativo pues al convertirse las redes sociales y las nuevas tecnologías en una herramienta potencial para educar a los alumnos y alumnas, debemos trabajar de manera conjunta en una educación que apueste por la igualdad y que consiga borrar los signos de la brecha de género en el campo tecnológico que existe en la actualidad.
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